“Plagas”, “alimañas” y otres indeseables

Posted: September 22nd, 2020 | Author: | Filed under: General | Comments Off on “Plagas”, “alimañas” y otres indeseables

Traducción del texto “Pests”, “Vermin”, and Other Undesirables de Anti Speciesist Action.

El veganismo mainstream suele centrarse casi exclusivamente en el consumo. Si bien este es un factor importante, y generalmente la forma más fácil de evitar participar voluntariamente en la violencia hacia los animales no humanos, no abarca toda la amplitud del antiespecismo. Los animales no humanos que son explotados por alimento, ropa, testado o mano de obra están lejos de ser las únicas víctimas del especismo. Hablemos de las que a menudo son olvidadas: las llamadas “plagas”.

¿Qué es una plaga?

Las palabras “plaga” y “alimaña” no tienen absolutamente ninguna raíz en la biología y son términos puramente especistas. Cualquier tipo de especie, desde pequeños insectos a grandes mamíferos, puede ser clasificada como “plaga”, y algunas especies específicas pueden ser consideradas “plagas” en ciertos contextos pero ser protegidas en otros. Algunos ejemplos comunes incluyen las termitas, los escarabajos, las langostas, les ratones, les conejes, les zorres, les jabalíes, los topos, los cuervos, les cierves… En esencia, una “plaga” es un individuo cuya presencia se considera perjudicial para los intereses humanos. Hemos establecido anteriormente que el especismo asigna un valor a los animales humanos y no humanos dependiendo de su función; las “plagas” tienen una función negativa y, por lo tanto, un valor negativo, lo que en un mundo especista significa que deben ser eliminadas. Dado que se considera que sus vidas no tienen ningún valor, esta eliminación suele implicar su exterminio.

¿Qué tiene de malo este concepto?

Debería ser obvio, pero lo vamos a decir igualmente. Las “plagas” no son animales malignos; no suelen suponer un peligro para los seres humanos; tienen tanto derecho a vivir como cualquier otro animal. Son condenadas a muerte por atreverse a interactuar con espacios humanos, a pesar de que su principal razón de hacerlo es a menudo que los seres humanos invadimos sus hábitats naturales y los volvimos inhóspitos. Para ellas, nosotres seríamos la “plaga”. Declarar “plaga” a una especie es llamar a su exterminio, su genocidio. ¿Es de extrañar entonces que a lo largo de la historia los grupos de seres humanos que han sido el blanco de esfuerzos genocidas hayan sido denominados “plagas”, “alimañas” o comparados con ratas, una de las especies más comúnmente asociadas con las “plagas”? Este es otro ejemplo más de cómo las creencias especistas se pueden utilizar directamente para dañar a los seres humanos.

Realidad concreta

Más que un concepto problemático, es una terrible realidad para un incontable número de individuos. A las “plagas” se las gasea, envenena, dispara, atrapa, corta, atropella… y, aunque puedas haber oído algunas voces humanas defender a algunas especies consideradas “plagas”, como zorros y otros mamíferos grandes, otras mayormente son ignoradas incluso en círculos veganos, especialmente los artrópodos. A menudo las únicas veces en las que se menciona a los insectos como dignos de preservación es cuando se destaca su importancia crítica en los ecosistemas. Sin embargo, este es un argumento sumamente especista; los insectos son mucho más que máquinas que ayudan a otros organismos a prosperar: son, al igual que los animales más grandes, individuos sintientes y portadores de derechos. Existen para sus propios fines y tienen un valor intrínseco independientemente de su función.

¿Qué podemos hacer?

Seguramente hayas oído a no veganes hablar sobre la muerte de “plagas” en las cosechas. Esto es una realidad, con números imposibles de rastrear dada la propia naturaleza del concepto de “plaga”, y si bien es muy hipócrita por parte de las personas especistas mencionar esto como una excusa para no abordar su propio especismo, las personas veganas no deberíamos rehuir de ello. La adopción de dietas vegetales es un paso importante a la hora de reducir el número de muertes de “plagas”, ya que suelen requerir mucha menos tierra y cultivos. Sin embargo, debemos ir más allá si realmente queremos protegerlas, ya que en un mundo en el que solo se consumieran plantas también se podrían utilizar pesticidas y otros métodos de “control de plagas”. Desafortunadamente, no hay mucho que podamos hacer directamente a nivel individual. Cultivar nuestros propios alimentos sería lo ideal pero está lejos de ser accesible para todo el mundo, al igual que comprar solamente a proveedores de productos veganos y orgánicos. La única solución es un cambio sistémico hacia una sociedad no especista en la que el mundo natural sea respetado y repoblado con vida animal y vegetal (ya que la tierra utilizada actualmente para la explotación animal podría ser reforestada, eliminando así la necesidad de que los animales salvajes busquen alimento y cobijo en espacios humanos) y en la que los alimentos se cosechen cuidando a todos los animales. Es por esto que el antiespecismo debería ser el foco, en lugar del veganismo orientado al consumo que promueve el movimiento vegano dominante, ya que este se olvida de una gran cantidad de víctimas.

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